VIAJES EN LA ETAPA DEL RENACIMIENTO: SIGLO XI
El renacimiento fue un movimiento cultural que se inicia en el siglo XIII en el centro de Italia, que se expande al norte de ese país en el siglo siguiente; para el siglo XV ya había recorrido toda Europa.
La llegada del Renacimiento fue un hecho cultural de tal magnitud que se proyectó a las artes, las letras, las ciencias, las costumbres y paralelamente el sistema económico se transforma del feudalismo al capitalismo.
Grandes descubrimientos de la época contribuyeron de manera considerable a la proyección de los viajes, no sólo locales, sino también internacionales.
La brújula, la confección de los mapas, la invención de la imprenta expandieron el conocimiento de la geografía mundial proyectando los viajes hacia todos los confines de la tierra.
El mundo dejó de ser plano, como hasta entonces se consideraba. Europa ya no era el mundo, si no que el escenario presentaba su verdadera dimensión. Un genovés, considerado locos por algunos, genios por otros, demostró que allende los mares había tierra y otras civilizaciones capaces de conectarse con las existentes. Con sus viajes a América, Colón abrió la brecha de los viajes intercontinentales.
Hasta entonces, poseer un título nobiliario era el deseo de cualquier persona que quisiera adquirir notoriedad, admiración y respeto de la sociedad europea.
Debido a que el poder político estaba aún en manos de la nobleza, los burgueses, clase emergente y poseedora de grandes riquezas materiales y en condición de enemigos irreconciliables de la clase dominante, se inventaron las universidades, donde podían obtener títulos académicos con los cuales se desplazaban orondos por toda la sociedad.
Las universidades dieron motivo a la aristocracia inglesa para desplazarse por todo el continente Europeo con fines educativos.
Oxford, París, Salamanca, Bolonia, entre otras ciudades europeas poseían universidades hacia las cuales se trasladaron los hijos de burgueses a obtener títulos, fama y prestigio, dando origen con ello a lo que posteriormente se denominó turismo educativo.
Espere por la continuación...
Grandes descubrimientos de la época contribuyeron de manera considerable a la proyección de los viajes, no sólo locales, sino también internacionales.
La brújula, la confección de los mapas, la invención de la imprenta expandieron el conocimiento de la geografía mundial proyectando los viajes hacia todos los confines de la tierra.
El mundo dejó de ser plano, como hasta entonces se consideraba. Europa ya no era el mundo, si no que el escenario presentaba su verdadera dimensión. Un genovés, considerado locos por algunos, genios por otros, demostró que allende los mares había tierra y otras civilizaciones capaces de conectarse con las existentes. Con sus viajes a América, Colón abrió la brecha de los viajes intercontinentales.
Hasta entonces, poseer un título nobiliario era el deseo de cualquier persona que quisiera adquirir notoriedad, admiración y respeto de la sociedad europea.
Debido a que el poder político estaba aún en manos de la nobleza, los burgueses, clase emergente y poseedora de grandes riquezas materiales y en condición de enemigos irreconciliables de la clase dominante, se inventaron las universidades, donde podían obtener títulos académicos con los cuales se desplazaban orondos por toda la sociedad.
Las universidades dieron motivo a la aristocracia inglesa para desplazarse por todo el continente Europeo con fines educativos.
Foto: Universidad Salamanca.
Oxford, París, Salamanca, Bolonia, entre otras ciudades europeas poseían universidades hacia las cuales se trasladaron los hijos de burgueses a obtener títulos, fama y prestigio, dando origen con ello a lo que posteriormente se denominó turismo educativo.
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