Esta historia me la envio mi amigo Frederick por e-mail me gusto mucho y quiero compartirla en mi blog...
Le puse por titulo: "Los Zapatos Viejos"
Sucedió en la Universidad de Cambridge, que un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor a quien muchos alumnos consideraban su amigo debido a su bondad. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor:
- Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.
- Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.
Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre.
Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.
El alumno se quedó extrañado pero hizo lo que el profesor le había indicado y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.
El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.
Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Sorprendido, se preguntó qué podía haber pasado.
Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, en todas direcciones, pero no se veía a nadie. Así que, la guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato.
Su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda, y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida podrían saciar el hambre.El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas. Entonces el profesor le dijo:
- ¿No te sientes ahora más complacido que si le hubieras hecho una broma? El joven respondió:
- Usted me ha dado una lección de humildad que no olvidaré jamás. Ahora comprendo algo que antes no entendía: Siempre, es mejor dar que recibir.
oh, qué hermoso relato.
ResponderEliminarme hiciste acordar a una frase que leí hace poco, era algo así:
"si alguna vez te encuentras en graves problemas, busca ayuda en la gente pobre, son los únicos que van a ayudarte. Los únicos."
Un beso!