Te lo advertí, aqui no se pueden hacer esas cosas, pues a la menor distracción, te agarran con las manos en la masa.
Esta es la segunda vez que nos pasa.
Se me salia el corazón del susto, sobre todo cuando la luz me brilló justo en la cara.
No era el momento oportuno para desmontase, mucho menos para dar explicaciónes...
Ellos saben lo que hay, se buscan lo suyo. Pero esta vez, "se guayaron".
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